sábado, 23 de marzo de 2013

ATENEO SEMANAL (11/3/2013)

Neumonía cavitada con derrame pleural en paciente HIV+



Paciente hospitalizado, varón, 44 años de edad que consulta por fiebre y tos. Presentaba desde 15 dias previos al ingreso un cuadro caracterizado por astenia hiporexia, pérdida de peso, fiebre,  tos seca.  Desde tres meses antes refería pérdida de peso involuntaria y registros febriles intermitentes. La semana anterior a su internación los síntomas se hicieron más marcados y apareció fiebre alta persistente (39-40°C). 

El paciente no es ni fue tabaquista, no tuvo viajes recientes ni exposición a animales. No recibe drogas de prescripción ni refiere consumo de drogas recreacionales. No tiene antecedentes médicos de relevancia.

Al examen físico se encuentra un paciente debilitado, adelgazado, taquicárdico, febril. La auscultación pulmonar muestra signos de derrame pleural izquierdo y disminución de los ruidos respiratorios en todo ese hemitórax. La RxTx y la TAC de ingreso muestran derrame pleural izquierdo moderado y una condensación homogénea, de límite inferior bien definido con imágenes de menor densidad radiológica en su interior. El laboratorio muestra anemia, una reacción para VDRL positiva y una serología reactiva para HIV (que se recibió después de iniciado el primer tratamiento ATB).





El paciente inicio tratamiento con  AMS/claritromcina (interpretado como neumonía de la comunidad presumiblemente bacteriana) pero persistió con registros febriles diarios, vespertinos. (39-40°C). Se solicito punción guiada bajo guía ecográfica pero no se obtuvo líquido durante el procedimiento. Los hemocultivos y directos y y cultivos de espuro fueron negativos. Al tercer dia de internacion, presento progresion semiologica del derrame pleural; se realizó toracocentesis diagnostica y se realizó una FBC con BAL. Se agregó una vez realizada la FBC, vancomicina-tazonam, tratamiento antituberculoso y TMS.






La punción pleral mostró un exudado no complicado con cultivos negativos. A las 48 hs el BAL demostró la presencia de Pneumocystis jiroveci con todos los demás cultivos negativos. Se suspendió vancomicina-tazonam. El paciente evolucionó favorablemente en una semana (desaparición de la fiebre, disminución de los infiltrados).

Preguntas del ateneo:
  1. La presencia de una condensación y el derrame pleural son compatibles con PCP?
  2. A pesar de la negatividad del BAL: se debe mantener tratamiento antibiótico?

Conclusiones de la discusión del ateneo
  • Si bien las manifestaciones más típicas de PCP son los infiltrados reticulares simétricos, ya desde el comienzo de la epidemia se describieron manifestaciones “inusuales”.
  • Las más comunes de estas manifestaciones infrecuentes no son las que presenta nuestro paciente sino neumotórax (uni o bilateral), imágenes quísticas o adenopatías. Sin  embargo ya en los años 80 se han descripto lesiones focalizadas de tipo granulomatoso y ocasionalmente, extensa necrosis y cavitación como tiene este paciente 
  • Las principales teorías para la presencia de todo tipo de lesiones quísticas o cavitarias en el PCP son: 1) que la neumonitis intersticial produce quistes por la liberación de proteasas elastolíticas por los macrófagos activados, 2) que se produce necrosis isquémica por la invasión vascular por el Pneumcysris, 3) que sea debido a la alteración estructural de episodios infecciosos previos o concomitantes de otras gér,es y 4)  que contribuya el barotrauma en los pacientes ventilados. Cualquiera de los factores mencionados podrían justificar la extensa condensación con cavitación en nuestro paciente aunque sólo fuera infección por Pneumocystis, pero en toda la literatura se cita la necesidad de descartar co-infecciones,. Es cierto que el paciente no tiene ninguno de los factores de riesgos para cavitación asociados a PCP (TBQ, uso de drogas iv e infecciones repetidas, especialmente PCP previo) (Ferré C et al. Lung cavitation associated with Pneumocystis carinii infection in the acquired immunodeficiency syndrome: a report of six cases and review of the literature. Eur Respir J, 1994, 7, 134–139)
  • Antes de  1996, los pacientes con PCP y HIV positivo eran más frecuentemente varones que mantenían sexo con varones. En el periodo post-HAART es más probable que la infección por PCP signifique (como en este paciente) su primera admisión hospitalaria y la primera oportunidad en que se les hace diagnóstico de infección por VIH. Esto se debe a que los pacientes pueden haber esperado mucho tiempo hasta buscar atención médica porque sus síntomas no eran invalidantes y en general, al no tener diagnóstico no estaban recibiendo profilaxis para PCP
  • La neumonía bacteriana continua siendo una comobirlidad importante en pacientes HIV positivos. Antes del uso del HART (y presumiblemente todavía ahora en pacientes no tratados con antiretrovirales) Streptococcus pneumonia era la causa más común. La presencia de HIV está asociada a un aumento de 1000 veces la posibilidad de infección invasiva.
  • En el estudio de  Pulmonary Complications of HIV Infection Study Group pre-ART, en 1130 adultos con HIV se registraron 237 episodios de neumonía bacteriana (5.5 por 100 personas años vs 0.9 por 100 personas/año en no HIV positivos). En este estudio la neumonía bacteriana fue la causa más común de infección respiratoria y la mortalidad de la neumonía fue cinco veces más alta. (Hirschtick RE et al: N Engl J Med 1995;333:845–851). La incidencia fue independiente del nivel de CD4 y de la historia previa de enfermedad neumocócica. Otros estudios han mostrado un riesgo 35 veces  mayor de padecer enfermedad neumocócica en HIV positivos y altas tasas de neumococos resistentes.
  • El esputo inducido es un excelente método para el diagnóstico de PCP, aunque conlleva el riesgo de la exposición del personal de salud. Sin embargo en un paciente en que la sospecha incluía otros gérmenes (únicos o asociados) y en que la condición clínica era muy comprometida y requería diagnóstico rápido, la broncoscopía pareció el método de elección como primer procedimiento
  • Si bien el derrame pleural no es habitual, lo presentan aproximadamente 2% de los pacientes con HIV. Las causas más comunes son los derrames paraneumónicos o el empiema, la tuerculosis y el sarcoma de Kaposi. También debe considerarse la posibilidad del linfoma no-Hodgkin. Pneumocustis es una causa excepcional, pero está descripta e la literatura (Light & Hamm  Pleural disease and acquired immune deficiency syndrome Eur Respir J 1997; 10: 2638–2643)
  • La forma de presentación clínica hacía altamente probable que pese al hallazgo del Pneumocystis estuviéramos en presencia de una infección bacteriana asociada. Sin embargo el BAL era negativo y el paciente no había respondido ni a amoxi-claritro ni a vanco-tazonam. Nuestra posición inicial era no retirar los ATB, pero al retirarlos, el paciente solamente con TMS (y tratamiento antiTBC) mejoró notablemente. Por lo cual pese a las consideraciones epidemiológicas y clínicas mencionadas, la infección bacteriana parece poco probable.
  • El rendimiento diagnóstico de la broncoscopía en pacientes con esputo negativo está alrededor del 80% en distintas series,, pero estos resultados sólo se alcanzan con el cultivo ya que el directo puede tener rendimientos tan bajos como el 15%  (Respir Med. 1995 89(9):621-3). Por esta razón creemos que no debe descartarse la TBC hasta que no estén listos los cultivos

En conclusión decidimos:
  • Aceptar el diagnóstico de PCP como única infección y tratar con TMS pero cubriendo TBC hasta la llegada de los cultivos del BAAR
  • Vigilar la evolución y ante la menor sospecha de recidiva del derrame o empeoramiento de los infiltrados, reconsiderar la suspensión de antibióticos para infecciones bacterianas.
  • Mantener al paciente hospitalizado hasta que estabilice la condición clínica dado que la mortalidad de la PCP en los pacientes con infecciones graves como la presente puede alcanzar el 20%

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