Durante su jornada de trabajo, percibe que se le introduce un insecto
(que no identifica) en el canal auditivo externo. Consigue removerlo pero
siente prurito local. Continúa su recorrido, llega a su casa, pero en el
trayecto va sintiendo disnea progresiva, tanto como para decidir concurrir a
una sala de emergencias (lejos de su domicilio y conduciendo su propio
vehículo). La disnea se incrementa marcadamente y llega a la sala de
emergencias del Sanatorio Güemes en insuficiencia respiratoria grave. Se
realizan varios intentos de intubación orotraqueal fallidos por lo cual
finalmente se realiza una traqueostomía de urgencia. El paciente desarrolla
extenso enfisema subcutáneo (ESC). Se verifica la presencia de neumomediastino. Los médicos que lo asisten no habían notado ESC al momento del ingreso
a la sala de emergencias (ER).
Se realiza fibrobroncoscopía que no muestra la presencia de laceración
laringotraqueal visible. Durante la FBC se examina la tráquea por debajo del
ostoma y se retira la cánula para inspeccionar la vía aérea alta sin obsevarse
aumento de la disnea ni del enfisema subcutáneo. El enfisema subcutáneo mejora
espontánea aunque lentamente. A los 5 días queda apenas escaso aire residual.
Se decide retirar la cánula de traqueostomía, pero esto se asocia al aumento
del enfisema y aparición de neumotórax que requiere la colocación de tubo de
drenaje pleural.
El neumotórax se resuelve en menos de 24hs. A las 72 horas se retira el tubo de avenamiento pleural sin recurrencia del neumotórax ni aumento del enfisema subcutáneo. El paciente es externado para su evaluación posterior por Alergia e Inmunología.
El neumotórax se resuelve en menos de 24hs. A las 72 horas se retira el tubo de avenamiento pleural sin recurrencia del neumotórax ni aumento del enfisema subcutáneo. El paciente es externado para su evaluación posterior por Alergia e Inmunología.
Preguntas del ateneo:
- Pese a la lenta instalación del cuadro debe interpretarse la insuficiencia respiratoria como secundaria a anafilaxia por picadura de insecto?
- La causa del enfisema subcutáneo puede atribuirse al esfuerzo asociado al edema de glotis o debe asumirse como complicación de la intubación o la traqueostomía?
- La fibrobroncoscopía sin lesión evidente descarta la laceración laringotraqueal?
- Cuál es el manejo más adecuado para este paciente?
Las reacciones alérgicas secundarias a picaduras de insectos son más
frecuentemente secundarias al género Hymenoptera que incluye principalmente
hormigas, avispas y abejas. Se calcula que del 56 al 94% de los adultos de todo
el mundo han tenido alguna vez en su vida la picadura de uno de estos insectos
y casi el 90% de ellos han tenido alguna reacción alérgica. Lo más frecuente
son, sin embargo, las reacciones
puramente locales. La frecuencia de reacciones sistémicas está entre el 0.15%
al 0.8% en niños y 0.3% a 8.9% en adultos (Allergy Asthma Immunol Res. 2013; 5: 129–137). Pese a no ser tan
frecuente, la anafilaxia secundaria a picaduras de insectos explica más de 30% de todos los casos de anafilaxia
que requieren consulta en ER y 20% de las muertes asociadas a anafilaxia.
Si bien la mayor
parte de las reacciones aparecen en minutos, las mismas pueden demorar en
desarrollarse hasta 24 hs (Am Fam Physician. 2003, 15;67:2541-2546.). La mayor parte de las reacciones serias no requieren de todas
maneras más que 6 a 24hs en el hospital.
El neumomediastino fue descrito hace muchísimo tiempo por el mismísimo
Laennec en 1819, en ese caso como consecuencia de una lesión traumática. Se
clasifica como espontáneo (SPM) cuando no se asocia a trauma torácico
penetrante o después de procedimientos invasivos o intervenciones
cardiotorácicas); y secundario cuando es causado por trauma, neoplasia,
infección anaerobia, o la ruptura de la mucosa esofágica (síndrome de
Boerhaave).
Han sido comunicados muchos casos de enfisema subcutáneo, usualmente
acompañado de neumomediastino (SPM) y/o neumotórax relacionados con esfuerzos
que significan un aumento de la presión intratorácica. Hamman, fue el primero en comunicar el SPM en
1939. La explicación generalmente aceptada para su desarrollo es el efecto de
Macklin, siendo la secuencia del evento: (1) ruptura alveolar, (2) disección
del aire a lo largo de la envoltura broncovascular, y (3) penetración del aire
hacia el mediastino debido al desarrollado durante el ciclo respiratorio. La
disección del aire puede no limitarse al mediastino, sino que avanza hacia
otras estructuras ya que el mediastino se comunica con el espacio
submandibular, el espacio retrofaríngeo y las envolturas vasculares dentro del
cuello; y por lo tanto puede causar
enfisema cervical, como en nuestro paciente o aún enfisema retroperitoneal o
por vía de las fascias periaótica y periesofágica, neumopericardio y
neumoperitoneo. La acumulación de aire entre el pericardio anterior y la pared
torácica adyacente es lo que
produce el crujido característico que Hamman describió en 1939 y se conoce como
Hamman crunch. Algunos de los eventos desencadentes del SPM se relacionan con intensas
maniobra de Valsalva: defecación, parto, vómito, pruebas espirométricas,
inflado de globos. Obviamente las crisis de asma y hasta los estornudos
(especialmente en presencia de obstrucción nasal) han sido descriptos. En casi
el 50% de los SPM hay una enfermedad pulmonar subyacente: enfermedades del
tejido conectivo (un caso interesante fue descripto en un número de la RAMR de
este año por un grupo ecuatoriano que comunicó un SPM en una dermatomiositis),
asma, carcinoma de pulmón, BOOP
secundario a transplante de MO, EPOC, bronquiectasias u otras lesiones
quísticas (Mayo Clin Proc. 2009 May; 84(5): 417–421). Potencialmente, el
marcado esfuerzo respiratorio, podría haber aumentado la presión intratorácica
y ser la causa del PM y el ESC.
Sin embargo en un
paciente que fue sometido a reiterados intentos de intubación fallidos y
finalmente a traqueostomía, la causa más probable debiera ser la traumática,
aunque la misma tampoco es frecuente. La incidencia de ESC post-intubación se
calcula en aproximadamente 0.005% cuando se utiliza un tubo convencional y hasta
0.05% o 0.19% cuando se utiliza un tubo de doble-lumen. Hasta el 2010 habían sido
comunicados solamente 182 pacientes con
injuria traqueal en 50 publicaciones (Eur J Cardiothoracic Surg, 35: 2009,1056-1062),
La injuria traqueal generalmente es longitudinal y ocurre en
la parte membranosa de la tráquea Ocurre
predominantemente en el tercio distal de la tráquea y en los bronquios
principales, en la ensambladura de las porciones membranosa y cartilaginosas.
En ocasiones es debida a la sobreinflación del balón, y en esos casos ocurre
predominantemente en la tráquea proximal (Ann
Thorac Surg. 1996;61:1483-7). Es más común en las mujeres, pacientes con debilidad de
la pared traqueal debida a enfermedad inflamatoria y pacientes en tratamiento
con corticoesteroides, también ocurre en
pacientes con las malformaciones traqueales congénitas. Los mecanismos
principales de lesión son el uso de un tubo de tamaño inadecuado, la
sobreinflación del balón y movimientos repentinos en el tubo. La lesión directa
causada por el tubo puede ocurrir generalmente después de tentativas múltiples,
vigorosas de intubación en situaciones de emergencia, que probablemente sea el
caso de nuestro paciente. Otros mecanismos incluyen el uso inadecuado de la
guía y el colocar de nuevo del tubo sin vaciar completamente el manguito. En la
intubación orotraqueal usando un tubo de doble-lumen, hay peligro no sólo
de laceración sino también de ruptura
bronquial. Los diagnósticos diferenciales de un ESC o PM post-intubación
incluyen la lesión de hipofaringe, tráquea, bronquios, esófago o la ruptura
alveolar por barotrauma.
La laceración asociada a la intubación es
muy diferente de las roturas traumáticas.
En esos casos, hay una pequeña
herida de bajo impacto y longitudinal, y fundamentalmente hay continuidad de la
vía aérea. En cambio, la injuria traumática implica una herida horizontal con
interrupción de la continuidad de la pared traqueal. Esto implica importantes
diferencias de pronóstico.
El ESC es también una complicación muy infrecuente de la
traqueostomía convencional (abierta) (1-9%) (Otolaryngology–Head and Neck Surgery (2010) 142, 628-629). Puede aparecer
horas o días después del procedimiento y está relacionada con la disección
amplia de tejidos, la obstrucción de la cánula, la ventilación de alta presión,
el uso de cánulas fenestradas o los procedimientos percutàneos. En estos
últimos casos hasta 1.4% de los pacientes tienen ESC y 0.8% tiene neumotórax.
Probablemente la traqueostomía percutánea tiene mayor prevalencia de ESC porque
las múltiples punciones o la excesiva dilatación de la tráquea puedan dañar más
fácilmente la pared anterior de la tráquea. Ha sido probado que en el caso de cánulas
fenestradas, el mecanismo más importante es la fuga de aire entre la cánula
interna y externa (CHEST 2004;
125:1805–1814)
En todas las comunicaciones de la
literatura, el diagnóstico se lleva a cabo por la verificación de la herida en
la broncoscopía. Es difícil saber qué tan posible es que una herida pequeña pueda
no ser visualizada, aunque se menciona que heridas menores a 2 cm pueden
pasarse por alto. En nuestro paciente
la broncoscopía fue claramente normal, lo cual creemos que disminuye mucho la
posibilidad de una laceración traqueal. Las laceraciones traqueales que causan
ESC son al menos de grado II (las grado I son lesiones mucosas o submucosas sin
ESC ni injurua esofágica) (Eur
J Cardiothorac Surg. 2010
;37(3):581-7). Por otra parte la mejoría con tratamiento conservador y sin
siquiera necesidad de colocación de un stent, apoyan la posibilidad de que el
mecanismo involucrado sea o el barotrauma (difícil de evitar en una ventilación
de urgencia con ambu) o la disección muy amplia de planos durante la
traqueostomía de urgencia.
Aún en el caso de que hayamos pasado por
alto una laceración minima, en general hay relativo consenso para el
tratamiento conservador en estos casos. La reparación quirúrgica suele ser
reservada para laceraciones grandes con PM grave (que cause compresión de
corazón o grandes vasos), riesgo de mediastinitis, signos de sepsis o
dificultad en la ventIlación mecánica. El ESC en sí mismo solo puede adquirir
gravedad si comprime estructuras del cuello, lo cual puede requerir traqueostomía,
que nuestro paciente ya tenía realizada. En ocasiones, después de cirugía
cardiovascular (una causa frecuente de ESC), la traqueostomía ha podido ser
evitada mediante el uso de drenajes cutáneos que descomprimen el cuello.
En conclusion:
- Creemos que este paciente debe recibir pautas de alarma y ser instruído para el uso de epinefrina subcutánea ante la eventualidad de futuros accidentes similares, ya que la chance aumenta luego de un primer episodio
- Asumimos que la causa más probable fue la disección de planos durante la traqueostomía y que no hay evidencias ciertas de laceración traqueal
- Si no recurre el neumomediastino o el enfisema subcutáneo, no requiere controles endoscópicos ulteriores
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