lunes, 3 de junio de 2013

Ateneo bibliográfico semanal (miércoles 29 de mayo de 2013)



Eur Respir J2013; 41: 1409–1418

Sebastian Lamot

El objetivo de este estudio es conocer las características clínicas, la sobrevida y la presencia de mutaciones del gen del receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR) en pacientes con adenocarcinoma de pulmón y derrame pleural maligno (DPM)

El trabajo se desarrolló en un Hospital Universitario de Taiwan. Estudiaron prospectivamente los derrames pleurales desde junio de 2005 a diciembre de 2010. Se analizaron las características clínicas del paciente, la presencia  de mutaciones del gen del EGFR y la sobrevida.

Recolectaron 448 pacientes con DPM causado por adenocarcinoma de pulmón que se encontraban en estadío IV cuando fueron diagnosticados inicialmente de cáncer de pulmón. El 81,5% de ellos (365) ya presentaban DPM en el momento del diagnóstico de cáncer. El 18,5% restante (83) desarrollaron DPM con la progresión de la enfermedad.

La sobrevida media de los pacientes que ya presentaban DPM al momento del diagnóstico fue de 14,3 meses y la de los que lo presentaron al pregresar la enfermedad fue de 21,4 meses (p 0,001). Había 296 (66,1%) pacientes portadores de mutaciones del EGFR. La tasa de mutaciones entre los pacientes con DPM al momento de diagnóstico y los que lo desarrollaron posteriormente fue de 68,2% y 56,6% respectivamente (p 0,044). La mutación L858R fue más frecuente en el primer grupo (32,6% contra 18,1%; p 0,009). El análisis multivariado mostró que los pacientes que: desarrollaron DPM durante la progresión de la enfermedad, presentaban mutaciones del EGFR y recibieron terapia con inhibidores de la tirosina quinasa del EGFR (EGFR-TKI), tuvieron sobrevida más prolongada.

Los pacientes con adenocarcinoma de pulmón en estadío IV con DPM al momento del diagnóstico tienen una sobrevida más corta y mayor tasa de mutaciones de EGFR, especialmente L858R, que los pacientes que desarrollan DPM durante la progresión de la enfermedad.

Comentarios del ateneo

Se trata de un estudio de pronóstico, realizado con un diseño de cohorte en un centro único (hospital universitario). 

Las preguntas PICO son: a) población: pacientes con adenocarcinoma de pulmón estadío IV en su evaluación inicial, b) intervención: determinación de la mutación EGFR en líquido pleural , c) comparación: wild-type vs mutados para EGFR y d) outcome: supervivencia.

En cuanto a la validez interna del trabajo, el CAT mostró: 1) no correspondía hacer una comparación ciega, independiente, con un test de referencia, en todos los pacientes, 2) hubo un espectro adecuado de pacientes en los que en la práctica clínica se aplicará el examen diagnóstico, 3) siendo un estudio de pronóstico, no se comparó el test con un gold standard sino que se incluyeron todos los pacientes que tenían el test de referencia para calcular supervivencia y 4) se describieron los métodos con el suficiente detalle como para permitir su reproducción

En cuanto a la validez externa, el método de determinación del estado de mutación y el tratamiento con TKI es extrapolable al utilizado en nuestro medio.

Los resultados de este estudio de cohorte  de DPM secundario a adenocarcinoma de pulmón muestran diferencias en las características clínicas de los pacientes que presentaban DPM al momento del diagnóstico y los que lo desarrollaron con la progresión de la enfermedad, a pesar de que todos tenían cáncer en estadío IV. En mi conocimiento, no existen trabajos previos que comparen estas dos situaciones clínicas.
Se debe tener en cuenta que todos los pacientes enrolados en este trabajo son taiwaneses y es sabido que esta población tiene mayor incidencia de mutaciones del gen EGFR. Por tal motivo, estos resultados no pueden ser extrapolados a otros grupos étnicos. Por otro lado, el 82% de los pacientes recibieron terapia con EGFR-TKI, esto explicaría las diferencias en la sobrevida observada respecto otros estudios realizados previos a la aprobación de estos tratamientos.

Puede decirse que la determinación de EGFR en el líquido fue reproducible y que su interpretación es satisfactoria en nuestro contexto clínico. Adicionalmente los resultados son aplicables en nuestra práctica clínica aunque no cambiarían la estrategia de tratamiento, excepto que no haya otro sitio para determinar la expresión de la mutación EGFR. En estos casos, definitivamente los pacientes serán mejor clasificados de acuerdo al resultado del test en líquido pleural.

En conclusión podemos decir que este estudio de cohorte, pese a ser unicéntrico y sin ciego, tiene sólida validez interna, tuvo poder para demostrar que los pacientes mutados EGFR tuvieron mejor supervivencia que los wild-type y tiene validez externa que lo hace aplicable a nuestro contexto. El estudio demostró además que los pacientes que debutan con derrame pleural tienen mayor prevalencia de  EGFR y mejor supervivencia que aquellos que lo desarrollan más tardíamente.


Estos resultados sugieren que en todo paciente con  derrame pleural asociado a denocarcinoma de pulmón debería solicitarse la mutación EGFR. 

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